sábado, 7 de agosto de 2010

Cigarrillos.

Esta es una historia ya contada y conocida,
mas nunca fue escuchada con estas palabras…



Su aroma…tan dulce, tan fresco, tan familiar,
es aquel que esperaba cada vez al verla;
junto con sus sonrisas y sus labios. 
La sensación de soledad, de frío... que me dejaba
al marcharse… solo la olvidaba cuando regresaba a susurrarme un te quiero...

Un accidente de noche a mañana me quitó la
vida, ese cuerpo tan…de ella,que alguna vez
sentí tan cerca del mío… y al cerrar los ojos
sólo sentía su respiración...y sus labios..
–Frenesí- 

Ahora lo recuerdo… cómo su partida me ha
dejado a mi en este glaciar de sentimientos y
exaltaciones… Los llantos, flores y madera
nos separaban ese día… a unos centímetros
estaba yo... temblando.. 

Al final cenizas y polvo, y frío. 

Ahora fumo, lo hago no por querer estar entre
sociedad, necesidad, o por la estúpida idea
de que así se olvidara el recuerdo, lo hago
porque en cada voluta que sale de esa
extensión de mi mano, y de mis labios,
aparecen dibujados sus recuerdos, 
sus palabras. 

Porque en cada sorbo que doy al cigarro
siento en los labios el beso que nos
faltó. 

Inhalo... y el frío se va. 

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